Los andadores son, junto a muletas y bastones, la ayuda técnica más utilizada por personas con problemas de movilidad. De hecho, es la alternativa elegida cuando el uso de muletas ya no es suficiente para garantizar el equilibrio o evitar caídas. Aportan seguridad y confianza lo que facilita la autonomía e independencia en las actividades diarias. 

Son la opción más acertada para aquellas personas que todavía pueden desenvolverse sin tener que recurrir a otras ayudas como sillas de ruedas eléctricas o manuales, pero para las que bastones o muletas resultan ya insuficientes. Los andadores son utilizados, principalmente, por personas adultas con limitaciones para la movilidad, ya sean estas causadas por una discapacidad, una caída, una intervención quirúrgica o amputación, o, simplemente, por el deterioro provocado por el paso de los años. A todos ellos, el andador les permite poderse desplazar y moverse sin la ayuda de otra persona, lo que se traduce en una mayor autonomía e independencia, seguridad y, lo que es igual de importante, un menor riesgo de caídas o lesiones. 

Los andadores son estructuras de metal con tacos antideslizantes en la parte inferior y empuñaduras. Cada vez son más ligeros, maniobrables y cuentan con accesorios como asientos para poder descansar, cestas para transportar objetos y sistemas de frenado para garantizar aún más su seguridad. En cualquier caso, la elección de un modelo u otro dependerá siempre de las características del usuario, sus gustos y el uso que pretenda darle. Lo que sí es importante es que esté bien ajustado a nuestra altura para evitar lesiones o problemas derivados del mal uso. Para saber cuál es la altura ideal tendremos que comprobar que los codos queden flexionados unos 20 grados aproximadamente. No adoptar el ángulo correcto o no estar en la posición adecuada puede provocar una gran tensión en los hombros y en la espalda.

Tipos de andadores

Actualmente podemos encontrar en el mercado ortopédico tres tipos de andadores: los simples sin ruedas, los que tienen dos ruedas delanteras y los que cuentan con cuatro. Estos últimos son también conocidos como rollator. ¿Qué prestaciones tiene cada uno o para quiénes están indicados?

• Simples sin ruedas. Tienen la ventaja de ser muy estables y ofrecen más soporte que un bastón o una muleta. Sin embargo, no son muy prácticos y su uso requiere un mínimo aprendizaje. Dentro de los andadores simples encontramos el andador articulado. Este resulta de mayor utilidad ya que se pueden mover los dos lados del andador alternativamente sin tener que levantarlo para avanzar. 
  
• Con ruedas delanteras y dos apoyos fijos en la parte trasera. Normalmente, este tipo de andador se utiliza más en interiores. Son un término intermedio entre los simples sin ruedas y los rollator, que no son adecuaos para personas con grandes problemas de equilibrio. Son fáciles de manejar gracias a sus dos ruedas, estables y regulables en altura. Algunos modelos están equipados con asientos para descansar si es necesario.
  
• Con tres o cuatro ruedas. Son los más manejables gracias a sus ruedas con dirección y freno en las ruedas traseras. Se utilizan, sobre todo, para el exterior. Requieren más habilidad y capacidad para maniobrar. Al igual que los anteriores, algunos modelos cuentan con asiento para descansar y con accesorios como cestas lo que permite al usuario desplazar objetos o la compra en su andador.