A dos meses escasos para que se celebre la Semana Santa, estos días, la mayoría de las cuadrillas de costaleros ha comenzado ya los ensayos para preparar los desfiles procesionales. De media, cada uno de ellos portará entre 45 o 50 kilos de peso durante, al menos, unas 4 horas de recorrido. Un notable esfuerzo físico para el que no siempre se está preparado y que, sin una prevención mínima, puede acarrear numerosas lesiones y dolencias.

Este será el tercer año de funcionamiento del Centro de Atención al Costalero, una iniciativa impulsada por María Dolores Martínez Roldán (colegiada nº 3631) y la Agrupación de Cofradías de la ciudad de Jaén y cuyo fin no es más que cuidar la salud del costalero antes, durante y tras la Semana Santa. La cuestión no es baladí puesto que, sin prevención ni preparación, meterse debajo de un paso puede ocasionarnos dolencias, algunas de difícil recuperación. Cervicales, lumbares, caderas y rodillas son las zonas del cuerpo que mayor impacto sufren y, por ende, donde más lesiones se producen. El problema no está tanto ni en la edad del costalero ni en los kilos que porte, sino más bien en la falta de preparación. “La mayor parte de las afecciones que tratamos en el Centro son debidas a una mala preparación física y, sobre todo, a movimientos bruscos y posturas incorrectas”, explica María Dolores Martínez Roldán (colegiada nº 3631), fisioterapeuta responsable del centro. “El pasado año realizamos unas 800 asistencias, en su mayoría vendajes funcionales, neuromusculares o colocación de cintas kinesiológicas, durante la Semana Santa. Además, tanto en las fechas previas como una vez termina, cada vez son más los costaleros que acuden conscientes de la importancia que tiene mantener un estado físico óptimo y cuidar su salud”.

Con independencia de las características de cada trono, se calcula que un costalero porta de media entre 45 o 50 kilos en el caso de los hombres, de 30 a 35 en el de las mujeres. Y en torno a ello, el sempiterno debate: ¿mejor a hombros o a costal?. “Cargar el peso a costal es la forma más adecuada siempre que el costalero no tenga alteración alguna en la espalda, es decir, ninguna desviación, rectificación… Si no, es mejor siempre llevar la carga sobre los hombros, sobre los dos a ser posible”.

Recomendaciones

• Preparación física y una buena educación postural son claves para garantizar la salud del costalero. Pero, además, estos sencillos consejos ayudarán a que el impacto y el desgaste físico sean menores.
• Acuda al médico o al fisioterapeuta en los meses previos para revisar su estado de salud. Como pauta general no se recomienda portar un paso si se tienen hernias discales, problemas articulares (especialmente de rodilla) o de tensión arterial, diabetes o asma bronquial.
• Utilice siempre faja ortopédica, al margen de las de tela, para comprimir la musculatura. Una vez concluya, quítela lentamente.
• Emplee un calzado cómodo que permita al pie moverse libremente. Aplicar vendajes funcionales en pies y tobillos si fuera necesario. El uso de alpargatas, tan frecuente entre las cuadrillas, garantiza la libertad de movimiento, pero, por el contrario, acarrea problemas en la amortiguación.
• Siga una alimentación rica en hidratos de carbono, especialmente el día de la procesión. Durante el  recorrido beba agua con frecuencia y en pequeñas cantidades.
• En el caso de llevar el peso a costal, tenga cuidado al colocar la morcilla y vigile que no se forme arruga alguna para evitar rozaduras y heridas.
• Antes de entrar al paso, realice unos breves estiramientos. Una vez dentro y a lo largo del recorrido, trate de llevar siempre la espalda recta, la mirada al frente y la posición del cuello lo más relajada posible. Concéntrese en los movimientos y en mantener la postura adecuada.
• Cada 25 o 30 minutos es recomendable hacer un pequeño descanso y estirar al máximo, siempre que sea posible, la espalda.
• Dejar entre 24/48 horas de descanso si se porta un paso en distintos desfiles procesionales.
• Una vez concluya la procesión, repita los ejercicios de estiramiento. Tras el esfuerzo, los músculos siguen contraídos de ahí la importancia de estirar cuello, piernas, espalda… para que, poco a poco, se recupere el tono muscular.